La Demarquía Digital Participativa que aparece en «Marte: El fuego latente de Cidonia», es un intento de proponer nuevos sistemas de gobierno más participativos. Este innovador sistema combina los principios de la demarquía (la selección aleatoria de ciudadanos para cargos públicos) con la tecnología avanzada, incluyendo la inteligencia artificial (IA). En este modelo, los ciudadanos elegidos colaboran con sus homólogos digitales (presidentes, ministros…), IA’s diseñadas para asesorar y actuar de manera justa, mientras que la población general utiliza la tecnología para participar directamente en la legislación.
Fusión de Demarquía y Tecnología
En la Demarquía Digital Participativa, los ciudadanos seleccionados al azar para servir en el gobierno reciben formación acelerada mediante tecnologías avanzadas (en el caso de «Marte: El fuego latente de Cidonia», los ciudadanos lo hacen mediante un dispositivo llamado Interfaz Neural). Esta capacitación rápida les permite asumir responsabilidades gubernamentales con mayor eficacia, que ayudan a suplir el tiempo que se tardaría en obtener todo ese conocimiento de la manera tradicional. De manera paralela, trabajan junto a sus homólogos digitales, que funcionan como asesores, garantizando decisiones basadas en datos, haciendo una justicia mucho más imparcial.
Había formado a todos los habitantes de Marte a través de las IN en el nuevo sistema, que al ser mucho más participativo y que dotaba de la capacidad a cualquiera de sus ciudadanos de participar en el gobierno, hacía que estos se tuvieran que implicar de una forma mucho más exigente que el mero hecho de votar.
Marte: El fuego latente de Cidonia
Los Homólogos Digitales
Estas IA, programadas para ser éticas y justas, colaboran con los ciudadanos elegidos, ofreciendo análisis basados en datos y haciendo recomendaciones libres de intereses financieros. Su rol es complementar la perspectiva humana con capacidades de procesamiento y análisis avanzado, asegurando que las decisiones gubernamentales se basen en información objetiva, equitativa y actuando como un fusible contra la corrupción.
Participación ciudadana ampliada
Un aspecto clave de este sistema es el empoderamiento de los ciudadanos a través de la tecnología. Usando dispositivos personales, los individuos pueden votar directamente, lo que proporciona una plataforma para una democracia más directa y participativa. Este enfoque promueve una mayor implicación ciudadana en los procesos de toma de decisiones y asegura que la voz del pueblo tenga un peso significativo en el gobierno.
Ventajas
La Demarquía Digital Participativa ofrece varias ventajas, como una mayor transparencia, inclusión y eficiencia en los gobiernos.
La Demarquía Digital Participativa es una idea a mi entender revolucionaria que fusiona capacidad de gobierno y tecnología, abriendo nuevas posibilidades para una gestión pública más justa y participativa. Aunque actualmente es un concepto derivado de la ciencia ficción de mi obra, parte de la de una idea real como es el de la Demarquía: sus orígenes se remontan a la antigua Grecia, particularmente a Atenas, donde algunos cargos se asignaban por sorteo. Este método buscaba asegurar que todos los ciudadanos tuvieran la misma oportunidad de participar en el gobierno, evitando el dominio de élites ricas o poderosas.
Años atrás, sin la tecnología actual, un cambio de esta embergadura podría haber tardado más de diez años en implementarse, pero por primera vez en siglos, el ser humano había utilizado la ciencia para la mejora y no para la subordinación al poder de unos pocos.
Marte: El fuego latente de Cidonia
Para que seas capaz de entender un poco mejor como funciona, he preparado un simulador sencillo para que puedas experimentar su funcionamiento.
El objetivo de mi escritura es hacer pensar al lector, darle a conocer nuevos mundos en los que pueda salir de su cotidianidad, que sea capaz de utilizar su espíritu crítico para poder reflexionar sobre nuevos conceptos.
«El sufragio por sorteo es de la naturaleza de la democracia, mientras que el sufragio por elección es de la naturaleza de la aristocracia«.
Chatelain, Ámsterdam, 1749